miércoles, 1 de octubre de 2008

“Recuerden, ¡recuerden el 2 de octubre!”

León Felipe Cuenca Megía
UAEMex
Recuerdos presentes
2/oct/08

Imagina que eres un estudiante de nivel superior, el año es 1968 y tú como muchos, estás inconforme con tu gobierno, con tu sociedad en general, con la realidad que vives,  y decides poner de manifiesto tu inconformidad el día 2 de octubre, y asistes a la marcha que culminaría en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.

 Todo transcurre con cierta normalidad pero de repente el ejercito interviene por orden presidencial. Hay francotiradores en las azoteas de los edificios esperando por ti, granaderos, policías y toda fuerza represiva al alcance del gobierno.

Como era de esperarse la manifestación se intenta reprimir pero esta vez no solo es eso, se da la orden de matar a los estudiantes. En la marcha no solo hay estudiantes, también hay padres, madres, hermanos, hermanas, hijos, hijas, gente inocente, su único crimen fue expresarse.

 Caminas hacia la Plaza de las Tres Culturas, de repente te ves rodeado sin salida, escuchas los disparos, ves los cuerpos caer, tu mejor amigo que iba contigo es alcanzado por una de las balas como muchos de los presentes, tú tratas de protegerte, te arrastras por el suelo tratando de esquivar las balas y los cuerpos inertes sin vida de quienes fueran tus compañeros en la escuela, milagrosamente sales vivió de Tlatelolco.

Pero la historia no termina ahí, después tienes que correr de los granaderos y de los militares, buscas refugio en los edificios aledaños, con las familias que ahí viven, por fin logras ocultarte y por un breve instante te sientes seguro, pero escuchas del otro lado de la pared como la policía está registrando el apartamento de al lado, escuchas los gritos desesperados de las personas que lo habitan, mas disparos y un llanto que solo tú escuchas e inmediatamente se apaga.
Entran en el departamento de la familia que amablemente te oculta, hacen lo posible por qué no te encuentren pero son golpeados hasta quedar derrumbados, inmediatamente la puerta que te separaba de la muerte es derribada, entran los policías, te golpean y te arrestan; tú yaces inconsciente.

Cuando recobras el conocimiento estás en un cuarto obscuro, tu única compañía es una mesa, te quedas un buen rato solo, comienzas a reflexionar acerca de lo que acabas de vivir, tratas de convencerte inútilmente de que fue un sueño, pero bien sabes que no lo fue, que la sangre derramada de inocentes , la injusticia, la opresión y la violencia fueron y son reales, al mismo tiempo te preguntas qué fue de los demás, rogando que estén bien, que les haya ido mejor que a ti, la puerta se abre, dos tipos de negro entran, el terror te invade, sabes que no saldrás de ese cuarto, que tus sueños de un mejor país, de un mejor futuro, y tus ilusiones de cambio se verán cegadas ese día.

Aceptas tu destino pero antes ruegas que tu historia sea contada al igual que las de muchos otros, que algún día tus ideales prosperen, que tu muerte y la de muchos otros no sea en vano,  que las manchas de sangre en las manos y en las conciencias de los asesinos nunca se quiten, ¡¡¡bum!!!, obscuridad.

Ahora imagina que 40 años mas tarde ya nadie te recuerda, es como si nunca hubiera existido, nadie recuerda tu sacrifico, y mucho menos tus ideales, ¿Cómo te sientes ahora?...


“Lock all the doors, kill the lights.
No one's coming home tonight.
The sun beats down and don't you know?
All our lives are growing cold, 
They bring news that must get through.
To build a dream for me and you,

Locked in a place where no one goes.

We have no quarter
We have no quarter
We ask no quarter” 


40 años han transcurrido desde el 2 de octubre de 1968, pero los culpables siguen libres, las injusticias olvidadas y los crímenes sin castigo. Las demandas de los estudiantes eran sencillas: un gobierno democrático que les garantizara los derechos y libertades fundamentales.

Sin embargo los que poseían el poder en el 68, consideraron que estas peticiones por ir en contra de la ideología del partido dominante, el PRI, iban en contra de la patria, por lo que el gobierno hizo uso de las fuerzas represoras a su disposición, para terminar con un movimiento legitimo que lo único que demandaba eran los derechos que cualquier persona debería tener.

 En la plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, había alrededor de 6 mil asistentes entre estudiantes, profesores, ferrocarrileros, artistas, padres, madres, hijos, hijas, niños, vecinos del lugar, etc.  

A final de cuentas eran personas como tú y como yo, con sueños, ideales y esperanzas en futuro mejor, en un  país mejor, un país de justicia y libertad para todos, como tú y como yo ahora soñamos. El hecho fue que el 2 de octubre ocurrió una masacre orquestada desde arriba, desde el gobierno, por la cual hasta ahora, 40 años después, a nadie se ha condenado.

“2 de octubre no se olvida” esa es la consigna que debe permanecer en la historia, porque ese día murieron miles de personas, asesinadas por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz en complicidad con su secretario de gobernación Luis Echeverría, en conjunción también de los altos mandos del ejército, de la policía y del cuerpo de granaderos de ese entonces. Personas asesinadas que ahora corren el riesgo de ser olvidadas. No olvides el 2 de octubre.


Imagen:  http://analisishectorylili.files.wordpress.com/2007/10/2octubre2.jpg

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