domingo, 28 de septiembre de 2008

ODA A LA CERVEZA

Néstor Salgado Cruz
UAEMex
“Reflexiones”
28 Sep 08

Introducción: Algunos las llaman parafilias, pero veamos éste concepto como metáfora, dibujemos un diagrama de nuestro yo, y pensemos qué íconos madrugadores nos han partido la cabeza en dos. En el siguiente texto Néstor Salgado Cruz ha encontrado un remedio pánico a ésta realidad virtual que se pretende como “verdadera”. Si el icono semiótico que nos presenta nos es ajeno, vasta mirar nuestro pasado y encontrar aquello que no nos ha sido una parafilia como metáfora. (Ulises Vera)


Se ve oscuro allá afuera. El cielo promete lluvia. Una promesa que es imposible romper. No tiene nada que ver con su voluble carácter como en algunas personas y tampoco tiene que ver con una mentira hipócrita como con algunos hombres en específico.

Es una promesa más allá. Es una promesa inquebrantable como la que siempre me rumora la cerveza. Esa promesa coqueta que penetra en mi torrente sanguíneo unos minutos después de besar en la boca a la botella… o a la yarda. Una promesa de una amiga fiel…

Porque la cerveza es una verdadera amiga. 
Nunca te falla y te permite conocerte a fondo. Es imposible evitarlo. Con unas cervezas encima el conocimiento de ti mismo se potencializa a tal grado que a veces la verdad si da miedo. Reconoces tus más profundos miedos y también ahondas en tus alegrías pasadas. Con la cerveza puedes cambiar de estado de ánimo cuantas veces quieras porque alcoholizado tienes ese don. El don de la Cerveza.

 El cielo me prometió lluvia y me la cumplió… el cielo se llena de agua y eso me recuerda que uno de mis sueños felices consiste en que llueva cerveza. 
En el tiempo que llevo consumiendo a esa bebida dorada, ella me ha consumido a mí también. Mi cuerpo ha resentido en gran parte todo ese alcohol consumido. A algunos les resultaría preocupante: Gastritis, Hipoglucemia, Hipermetropía… enfermedades que directa o indirectamente han sido agravadas con la cerveza. 
En realidad no me preocupa. He oído que la muerte es solo un paso. Para mi es solo un proceso. Un proceso amarillo y espumoso que me gusta más si va acompañada de limón y sal o si esta preparada en la Escalera y viene en un empaque de yarda… y es que la cerveza ha sido mi vida –y al parecer también mi muerte- desde mi infancia.

Luego entonces: ¿Por qué preocuparme de la muerte si ya la vida es tortuosa? Mejor me dedico (como lo he venido haciendo durante todo esto tiempo) a morir dulcemente. A morir en brazos de la mujer de cuerpo espumoso y sabor amargo… como la vida misma.

Pero no es lo único que me atrae de la Cerveza. Tiene una facultad que solo ella puede dar, un detalle que a mi me motiva incluso a seguir viviendo. Tiene la capacidad de mentirme.
Si. Ya se que muchos desean la sinceridad antes que nada. Se de mujeres que abandonan a sus parejas por ser deshonestos… algo que no entiendo si me preguntan, sé también que mentirles para muchos es una de las razones para dejar de confiar (cuando en ocasiones es mucho mejor mentir) pero si de algo estoy convencido es que adoro a la cerveza porque siempre me engaña: Me dice que estoy bien cuando ya no puedo ni mantenerme en pie, me dice que aquella mujer (la de carne y hueso) me ama cuando no le causo mas que lástima, me hace ver todo bien, todo sereno, todo feliz, todo perfecto… Me regala por unas horas un mundo perfecto.

El cielo se medio despeja, empiezo a ver otra vez la luna (que afortunadamente esta llena)… y eso me recuerda otra característica que la beer y que indiscutiblemente merece un párrafo más… el último en este escrito.

Tiene el poder de la luna: Enamora.

Hablo ahora del Amor Carnal, al Amor que muchos osan llamar atracción. Ese que sientes cuando ves a una mujer. No te importa su cuerpo, no te importa el rostro, no te importa su condición social, no te importa que en clases la odies, no te importa nada... Solo te importa que concuerda contigo en medio de la plática en que los Pumas son el mejor equipo, incluso te enseña el tatuaje que tiene del escudo… Tú te enamoras de esa persona… y no lo puedes evitar. 
Es necesario decirlo. Es un amor fugaz. Al día siguiente vuelven a ser tan enemigos como siempre… pero eso me pone a reflexionar: ¿A poco no sería un mundo mejor si a todos nos gustara la cerveza? ¿Se imaginan a los grandes líderes sorbiendo tragos de cerveza mientras arreglan sus diferencias?

 El que me diga que no… es porque no es un ser humano y por tanto no es un ser pensante… ¿O me equivoco?


No hay comentarios: